En los años setenta el consumo de este tipo de agua purificada fue popular en Europa y América; aunque en Oriente ya se acostumbraba mucho antes. La creencia dicta que al beber agua a la que previamente se le había colocado un cuarzo, cristal, o algún mineral, éste heredaba su energía al líquido que estaba por ingerirse.
La idea de que los cristales cuentan con un poder curativo se ha trasladado a la forma de beber agua, por lo que resulta importante tener información relevante que te permita saber si es el tipo de agua que tu cuerpo necesita.
La Gemoterapia es el estudio de las piedras y gemas como portadores de nutrientes. Se basa en que estos minerales absorben lo que tienen alrededor en la naturaleza, por lo que se les atribuye la capacidad de transmitir y renovar la energía de otro cuerpo, aportando propiedades curativas. Aaunque no hay estudios que confirmen estas teorías por completo.
En años recientes esta práctica se ha convertido en una tendencia y moda al punto de tener en el mercado recipientes o vasos reutilizables para agua que ya tengan una piedra especial incluida. A continuación, desmitificaremos algunas de estas creencias.
Según la gemoterapia se les atribuían características a los colores en las piedras y ellos se asociaban a los padecimientos que podían aliviar. El rosa era utilizado para padecimientos de la sangre, el azul para enfermedades respiratorias, y el morado para dolencias de la piel y los huesos.
La realidad es que los colores de los cuarzos en su mayoría son artificiales. Dada la dificultad y altos costos de su extracción, los cuarzos comerciales suelen ser pigmentados. Si bien los colores son una característica de cada mineral, no se ha podido comprobar que tengan poderes curativos.
Los cristales tienen muchas propiedades físicas y químicas según cómo se encuentren y existan en la naturaleza, y estas podrían relacionarse con beneficios para el cuerpo humano. Se cree que los cristales están vivos por la forma en la que aparecen en la naturaleza, por ejemplo: lentamente van aumentando su tamaño simulando una especie de crecimiento. Fue un hallazgo científico entender las razones de esto, así como las condiciones ambientales propicias para su existencia.
Esta característica de “crecimiento” es la que sustenta la idea de que los cristales tienen la propiedad de absorber y transmitir energía, y con ello el de tener poderes curativos. Sin importar cuál sea la creencia, es importante establecer que no hay pruebas para afirmar que los cristales eliminan virus y bacterias.
No existe evidencia científica que afirme que con la presencia de cuarzos en el agua los virus y bacterias se eliminan. La forma más efectiva de quitar la presencia de microorganismos en el agua se logra con la purificación.
El purificador de ósmosis inversa de bebbia cuenta con cinco etapas de purificación en las que los filtros de carbón activado retienen sedimentos como tierra, insectos o arena, además de eliminar el sabor a cloro del agua. Por otro lado, la plata coloidal, presente en cada etapa, elimina el 99.9% de bacterias en el agua. Ninguna de estas tareas se podría realizar solo colocando un cuarzo en el agua.
Independiente a la creencia de la energía de los cuarzos, no es recomendable utilizarlos como método de eliminación de virus y bacterias en el agua. Este proceso debe hacerse solamente con un purificador de modo que no se ponga en riesgo la salud.
También existen algunos filtros de agua que contienen minerales o piedras, como la volcánica, que puede ser efectivas al filtrar el agua, pues su porosidad reteniene sedimentos sólidos a su paso por ellas.
A nivel microscópico los contaminantes siguen presentes en el agua. Ninguna piedra purifica el agua en sí misma, sí puede ser parte en el proceso pero su sola presencia no garantiza la eliminación de microorganismos dañinos para la salud.
Por otro lado, introducir piedras en el agua pura podría contaminarla al disolver impurezas, presentes en las piedras, que ya se habían eliminado en el proceso de purificación.
También te puede interesar: Filtrar vs purificar el agua, ¿Cuál es la diferencia?
Para beber agua pura se requiere purificar. El agua pasa por un proceso desde su origen en los ríos, lagos, o mantos acuíferos, en el que se potabiliza (es decir, el agua se trata para que pueda ser consumida por el ser humano sin que presente un riesgo para su salud) para poder llegar limpia a los hogares. Esta agua se puede utilizar para higiene y limpieza, sin embargo, no se recomienda utilizar para cocinar o beber.
Para beber el agua potable se necesita utilizar un purificador integrado por una serie de filtros que eliminan partículas sólidas, virus y bacterias.
Puedes tener agua pura, lista para beber, directamente en la tarja de la cocina con el servicio de bebbia.
Los purificadores de bebbia tienen varias etapas de filtración con materiales especialmente utilizados para eliminar virus y bacterias en el agua. Carbón activado, plata coloidal, y el proceso de ósmosis inversa son algunos de los tipos de filtros que se utilizan para llegar al 99.9% de pureza en el agua.
Deja de creer en mitos y mejor comprueba cómo con bebbia tendrás agua pura y lista para beber en cualquier momento.
Efectos nocivos del plástico: ¿Qué impacto tiene en la salud y el medio ambiente?
Leer notaCargar garrafones de agua compromete tu salud, descubre los peligros ocultos
Leer notaAgua para perros: riesgos que desconocías del agua que consumen
Leer notaPeligro invisible: la amenaza de los microplásticos en tu agua potable
Leer nota10 beneficios de tomar agua que desconocías
Leer notaPronto nos comunicaremos contigo para agendar tu instalación y puedas comenzar a disfrutar bebbia.
Si prefieres contratar el servicio ahora haz clic