Se conoce como “cuesta de enero” al fenómeno económico que ocurre a principio de año en el que parece no alcanzar el dinero para los pagos necesarios. Esto se da principalmente por mal manejo de finanzas personales en diciembre, o por algunos aumentos de precios en enero.
La cuesta de enero puede ser todo un reto, sobre todo manejando las finanzas personales durante diciembre por los gastos que se hacen en celebraciones o regalos que no se contemplan todo el año. Estos gastos se pueden reducir con una planeación financiera que puede empezar desde enero y continuar siempre para evitar la cuesta cada año. Uno de los servicios más importantes en los que se puede ahorrar es el agua.
El uso de agua se ha multiplicado exponencialmente en los últimos cien años, por lo que es importante hacer todo lo que sea posible y esté al alcance para cuidarla y ahorrarla. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyó en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 este gran problema gracias a que dos mil doscientas millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura. En el Objetivo 6 se busca garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Es importante hacer responsabilidad de todos el cuidado y ahorro de ella.
Hay muchas tareas y hábitos para implementar de manera que se pueda reducir a gran escala el uso de agua. Para empezar en casa se puede buscar desde cerrar el agua cuando no se usa, hasta reducir la huella hídrica. Aunque suena muy obvio, muchas veces no se es consciente de el agua que se desperdicia al mantenerse abierta. Se debe mantener cerrada al lavar los dientes, al enjabonar las manos, al afeitarse, incluso al enjabonarse el cuerpo durante el baño. Estos pequeños hábitos pueden reducir exponencialmente su uso.
Otro hábito que se puede implementar para reducir la cuesta de enero y cuidar el agua es la optimización de uso de lavadora y lavavajilla. El objetivo es usarlos lo menos posible, y con la carga llena, de esa forma siempre se usará la menor cantidad de agua posible. Si se hace durante todo el año, poco a poco se notará el cambio en la reducción de uso de agua.
El mantenimiento de tuberías y tinacos representará un ahorro a largo plazo. El objetivo es mantener limpio el tinaco o cisterna y revisar que no haya fugas en las tuberías. Una fuga de incluso una gota puede desperdiciar hasta cinco mil litros al día, por lo que es importante encontrarlas lo antes posible. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) recomienda limpiar los tinacos y cisternas cada seis meses para evitar la generación de virus y bacterias que causan enfermedades gastrointestinales y de la piel.
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Otra acción que tendrá un impacto económico a largo plazo y ayudará a evitar la cuesta de enero es adquirir un purificador de agua. Los garrafones y botellas de plástico son unos de los métodos más comunes en los que se lleva agua pura a casa. El problema es que los garrafones son reutilizados, por lo que se deben de lavar cuidadosamente. Si estos se rayan o se les hace alguna abolladura, puede generar bacterias que no se pueden limpiar y el agua deja de ser pura. Igualmente las botellas de plástico, generan mucha basura, sin mencionar que son muy difíciles de voltear para su uso.
La mejor solución es una suscripción mensual a bebbia, un servicio de purificación de agua que se instala directo en el lavabo de la cocina. El agua sale completamente pura y lista para beber sin tener que voltear el garrafón y sin el riesgo de no venir completamente pura, además de reducir la basura del plástico que se genera.
Hay tres tipos de purificador de agua, dependiendo de la dureza del agua de la zona y de lo que se requiera en cada hogar. El ahorro es notorio a corto plazo, ya que el costo es menor al de dos garrafones semanales. Es importante contar siempre con agua pura en casa, ya que ayudará a evitar enfermedades gastrointestinales y de la piel. Muchas veces no se contempla el agua contaminada como causa de estas enfermedades y se sigue consumiendo, por lo que se vuelve algo crónico sin darse cuenta.
La huella hídrica es el volumen de agua que se usa al producir bienes y servicios, así como la que se utiliza día con día. Se puede contar la huella hídrica individual contando el agua que se usa directamente en casa, pero también de la que se usa al producir los productos o servicios que se consumen.
Para logarlo, se debe estar informado de la huella hídrica que produce todo lo que se consume y ser consciente de reducirla. Es bien sabido que los productos de origen animal son de los que más litros de agua utilizan para su producción, ya que se debe contemplar desde el agua que beben los animales hasta la que se usa para riego de su alimento. Igualmente, ciertas plantas como algunos cactus o biznagas que tardan mucho en crecer pueden tener una huella hídrica mayor.
Aunque puede ser muy abrumador, es posible tener un gran impacto con pequeñas acciones en casa que nos ayuden a disminuir la cuesta de enero y a la vez tengan un impacto benéfico para el planeta. Sólo es cuestión de empezar.
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