La hidratación en niños es primordial para su salud. Los pequeños necesitan beber mucha agua durante todo el año, y especialmente en lugares donde el clima es más caluroso, para mantenerse saludables, hidratados y activos.
Un estudio publicado en el sitio Salud 180 encuentra que en un día cualquiera, tres de cada diez niños no beben agua simple. Mientras que, por otro lado 8 de cada 10 tiene una buena hidratación ya que su consumo menor a los requerimientos para cada grupo de edad.
La realidad es que en nuestro país, los niños han cambiado el agua por bebidas azucaradas y llenas de colorantes, lo que empeora por completo la situación, pues además de no estar bien hidratados, aumentan miles de calorías sin nutrientes a sus dietas.
Para muchos padres, lograr que sus hijos beban agua natural no solo es un desafío, es una tarea casi imposible. Esta falta de agua puede tener un impacto profundo en los niños. Contribuye a la obesidad, afecta su rendimiento escolar y puede llevar a otros hábitos poco saludables.
Este no es un problema que los padres puedan ignorar o ignorar. La falta de una correcta hidratación en niños produce síntomas como fatiga, dolor de cabeza y poca resistencia. La falta crónica de líquidos a largo plazo afecta los riñones, el hígado, el cerebro y puede provocar estreñimiento, que puede ser muy problemático en la infancia.
Las bebidas principales de los niños son jugos de frutas, bebidas carbonatadas como los refrescos y leche entera o con saborizantes. Sin embargo, para mantener una buena hidratación, el agua simple o natural es fundamental y debería de ser la principal fuente de líquidos consumida durante la infancia.
Házlo un hábito. La mejor manera de hacer que tus hijos beban más agua es convertirlo en una práctica familiar, desde la edad más temprana posible. Los hábitos comienzan desde la infancia, si desde pequeños los acostumbras a beber agua, será mucho más fácil que lo hagan por sí mismos.
Ten siempre agua a su alcance. Si los niños tienen que cargar un pesado garrafón de agua o una jarra de vidrio para servirse un vaso, la probabilidad de que tomen menos agua aumenta debido a la dificultad de conseguirla. Al instalar un purificador de agua como los de bebbia, solamente tendrán que accionar una pequeña palanca para servirse un vaso con agua. Este se conecta directamente a la red de distribución, por lo que siempre tendrás agua lista para beber.
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Refuerza esto todo el día. Coloca una taza de agua junto a la cama para que los niños puedan beberla antes de dormirse y cuando se despierten. Ten una vaso esperándolos por la mañana cuando lleguen a la cocina y en cada comida, y asegúrese de que todos tengan un vaso o un biberón durante todo el día en la casa y cuando salga.
Ten un “vasito especial”. Además de darles a los más pequeños un vaso diseñado especialmente para niños, (que no se derrame ni pueda romperse), tener un vaso especial hará que los niños quieran usarlo más. Busca alguno con sus caricaturas favoritas o con colores llamativos y llénalo siempre de agua. Dáselos como parte de su rutina de juegos.
Haz que el agua sea la única opción. Si el agua es la única bebida disponible, es más probable que los niños la beban. Así que retira las bebidas azucaradas del hogar, esto también te beneficiará a ti. Cuando son muy pequeños y apenas comienzan a conocer las cosas, te será mucho más fácil darles solo agua. Los niños no deberían de conocer los refrescos y otras bebidas azucaradas hasta ya una edad más avanzada.
Obtengan agua de los alimentos. Es importante recordar que algo de la hidratación en niños puede provenir de frutas y verduras. Los pepinos, la sandía, el apio, la lechuga, los tomates, las naranjas y las fresas son buenos ejemplos de alimentos que aportan una buena cantidad de agua, además de vitminas y minerales.
Ser creativo con tus hijos. Prueba servir el agua de diferentes maneras y ve si eso marca la diferencia. Intenta agregar frutas o rodajas de cítricos, así como fresas y menta, pepinos o bayas. Agregue un chorrito de jugo de frutas o haga granizados con agua, hielo y fruta, lo que puede hacerlo más divertido, especialmente para los niños más pequeños.
Empieza poco a poco. Si a tu hijo sólo le gusta beber jugo, comienza por diluirlo y mezclarlo un poco con agua. De esta manera, se irá acostumbrando al sabor de manera paulatina. Otro buen consejo es que se pueden hacer cubitos de hielo con jugo y colocarlos en una taza de agua en lugar de servir una taza entera de jugo.
Coloca recordatorios para todos los miembros de la familia. Deja que la tecnología ayude. Hay aplicaciones diseñadas para ayudar a recordar beber agua durante el día, así cada uno lo puede instalar en su celular y recordar la importancia de tomar agua. Los relojes inteligentes y los rastreadores de actividad personal pueden ayudar al ofrecer recordatorios para beber agua. También puede configurar recordatorios para que suenen en teléfonos o asistentes virtuales basados en voz como Alexa de Amazon durante todo el día.
Revisa tus propios hábitos. Por último, pero no menos importante, los padres y cuidadores deben prestar atención a lo que ellos beben, especialmente frente a los niños. Si les enseñas que tú estás tomando refresco a la hora de la comida, te querrás imitar. En cambio si tomas agua, se les hará una conducta muy natural para seguir.
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