El cuidado de la salud es el propósito número uno de Año Nuevo. En un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de Scranton en Pensilvania se observó el comportamiento de doscientas personas durante dos años y los primeros diez tenían que ver con algún modo de bienestar, y cuatro de ellos estaban enfocados en el cuidado de la salud.
La mayoría de los expertos relacionan ser saludable con algún tipo de bienestar, ya sea físico, mental, o espiritual. Como seres humanos se busca todo el tiempo el bienestar en estas tres formas y siempre se tiene una más fuerte que la otra, por lo que se hace lo posible por enfocarse en las demás.
Encontrar el balance en las tres formas de bienestar no es tarea fácil, pero definitivamente no se puede lograr sin empezar. Simplemente con lo que se encuentre al alcance de las posibilidades de cada persona es suficiente para hacerlo.
El primer paso es tener claridad sobre el área que se quiere trabajar. Si es la parte física, hacer caso al cuerpo sobre lo que necesita es la primera tarea. Puede ser mayor actividad física, hacer más tiempo de ejercicio, o incluso empezar a hacerlo. Si es el caso, encontrar qué tipo de ejercicio se gustaría hacer o aprender para tener todo listo al empezar el año. Cualquiera que sea el caso, igualmente se debe hacer un hueco en la agenda para no tener más la excusa del tiempo.
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No se puede hablar de salud física sin hablar de hábitos de hidratación y alimentación. En un estudio en 2017, el propósito de Año Nuevo más común fue el de perder peso y comer más sano, pero sólo el 9.2% lo terminó logrando. Lo difícil es que muchas veces parece importante en el momento o es lo que se cree que se debe hacer, pero no siempre es lo necesario para cada persona en ese momento. No es necesario ponerse metas muy difíciles de cumplir. Si se hace un esfuerzo más de lo que comúnmente se hace es un gran logro y se debe reconocer. Se pueden plantear metas de esa forma, así logrando más de lo que se imagina. También es aceptable hacer ajustes a lo que inicialmente se planteó, mientras se siga cumpliendo. Lo importante es lograrlo y sentirse bien con el esfuerzo que se está haciendo.
En cuanto a los hábitos de hidratación, el agua es esencial para el óptimo funcionamiento del cuerpo humano y es crucial considerar hacerse hábitos para beberla durante el día. Es muy común olvidarse de tomar agua ya que se considera algo que se hace hasta que se tiene sed, que es la señal del cuerpo de pedirla, sin embargo, la sed es señal de deshidratación, por lo que no se debe dejar que el cuerpo la sienta.
Al hacer de la hidratación un hábito, se da un paso importante en el cuidado de la salud. Los expertos recomiendan beber entre ocho y diez vasos diarios (dos a dos y medio litros) y uno o dos vasos más si se hace actividad física. El cuerpo podrá cumplir todas sus funciones de forma óptima al estar adecuadamente hidratado, por lo que se adelantará el camino a un bienestar físico.
El agua también es crucial para al bienestar mental. El cerebro está hecho mayormente de agua, por lo que es de los órganos que, además de necesitarla, se ve reflejada su correcta hidratación en una mejor concentración y mayor agilidad mental. Es parte también del cuidado de la salud tener el cerebro claro para actividades mentales que se realicen, ya sea en el trabajo o simplemente como pasatiempo.
El cuidado de la salud mental ha cobrado gran importancia en los últimos años. Poco a poco deja de ser un tabú buscar formas de cuidar la mente en tiempo y forma. Como todo el cuidado de la salud, la manera correcta significa algo diferente para cada persona, pero lo importante es tenerla presente de igual forma que se cuidan los músculos o el estómago. Hacerlo es también parte del balance.
El bienestar espiritual es la más difícil y controversial a mencionar. La parte física y mental son muy claras en la mecánica de lo que se debe o no hacer y lo que puede o no funcionar. Sin embargo, de igual forma hay diferentes acciones e ideologías que se pueden intentar según lo que acomode al estilo de vida de cada persona. Lo importante es que se busque encontrar ese bienestar de la mejor manera. Finalmente, todas tienen el objetivo de tener una introspección y lo que signifique para cada uno el bienestar espiritual.
Lo más importante del cuidado de la salud como propósito de Año Nuevo es encontrar la razón de la verdadera importancia de hacerlo. Preguntarse “por qué” y “para qué” hacerlo es lo que realmente hará caer en la cuenta de las consecuencias que se tendrán al realizarlo, para no verlo como una tarea que se debe hacer por fuerza.
La verdadera motivación del cuidado de la salud es diferente para cada persona. Al encontrarla es cuando se olvidarán todos los hábitos que no funcionan para encontrar el balance entre las tres partes que componen al ser humano. Cuidar cada una de ellas en su propia forma es lo que llevará a una vida nueva, verdaderamente saludable, y llena de amor y empatía.
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