Las características del agua como temperatura, color, sabor y olor, están determinadas por los objetos y sustancias con las que el agua entra en contacto. Si recuerdas tus clases de la primaria, recordarás también que el agua por sí misma, no tiene sabor, olor ni color. Es un elemento neutral.
Si el agua que bebes sabe a cloro, a metal o a sal, es por las características de las tuberías por las que pasa o el lugar donde se almacena. Por ejemplo, el agua embotellada en plástico puede cambiar de sabor conforme más tiempo pasa. A su vez, el agua que está en contacto con el plástico, tiene un sabor diferente al agua que se almacena en botellas de vidrio.
Estas características se pueden mejorar instalando un sistema de purificación de agua en tu hogar, pues regresará su neutralidad y su naturalidad.
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En la naturaleza, el agua se encuentra en la mejor condición, ya que no ha sido tocada por ningún proceso que altere sus características. Esta es el agua más saludable para el cuerpo, sin embargo, debido a la urbanización, cada vez es más difícil tener acceso a cuerpos de agua naturales.
Estos hace que tengamos que recurrir a ciertos procesos para transportar, envasar y tratar el agua, para que llegue hasta los hogares y pueda ser consumida por los humanos. El agua que llega a las casas, generalmente tiene un sabor característico, un olor peculiar, una densidad distinta e incluso, puede llegar a tener color. Estas características necesitan ser removidas para que vuelva a ser saludable para el cuerpo humano.
· Incolora. El agua es transparente, es decir que no tiene color.
El color en el agua es principalmente una cualidad que se asocia con la calidad del agua. El color puede indicar la presencia de sustancias orgánicas, como algas o compuestos húmicos. También puede estar relacionado con la presencia de materiales orgánicos potencialmente peligrosos o tóxicos en el agua. Por eso, siempre es importante revisar el color del agua que sale por el grifo de tu casa.
· Sabor. El gusto es una percepción humana definitiva para determinar la calidad del agua. El agua debería de ser insípida, es decir que no tiene sabor. Por eso, siempre hay que prestar atención, pues si el agua se encuentra en mal estado o entra en contacto con algún agente contaminante tendrá mal sabor.
El agua también puede saber a cloro, pues es una de las sustancias químicas que le agregan al tratarla para eliminar las bacterias. El sabor a cloro no es malo, simplemente puede ser desagradable para las personas.
· Olor. El agua no debería de oler a nada, pues como mencionamos anteriormente, solamente tendrá olor si está mezclada con alguna sustancia. Al ser un excelente solvente, en ella puede disolverse cualquier tipo de sustancia, por lo que aunque no se vea, puede estar presente.
No todos los olores son malos para la salud, sin embargo, tampoco es agradable tomar agua que huela mal.
· Acidez. El agua tiene un pH más alcalino, generalmente de 7. Sin embargo, al entrar en contacto con las tuberías o con ciertas sustancias, puede hacerse más acida. Para ser saludable, el agua debe de mantener su alcalinidad.
· Frescura. Cuando el agua pasa mucho tiempo almacenada y deja de correr, pierde su oxigenación. Esto hace que no la percibamos como fresca, y en algunos casos, incluso se puede sentir pesada o más densa. Hay una condición del agua que se conoce como “gruesa” y es que contiene metales pesados o una gran cantidad de sodio. Esto la hace mala para beber, ya que incluso puede caerte mal a la panza y provocar un malestar.
Purificar el agua es un procedimiento que implica la eliminación de contaminantes indeseables, gases, productos químicos y sólidos suspendidos del agua. Esto hace que el agua vuelva a tener sus características naturales.
El agua que se almacena en botellas o en garrafones, tiene un sabor y olor característico, e incluso puede llegar a variar entre marcas. Aún cuando estos no necesariamente son dañínos para la salud, la realidad es que no son agradables.
El suministro de agua que recibimos en nuestros hogares puede estar cargado con muchos contaminantes como bacterias, mercurio, plomo, etc. Estos contaminantes pueden alterar las características del agua y peor aún, causar problemas de salud graves como cáncer y otras enfermedades.
Para mantenerse alejado de estas enfermedades y conservar una salud e higiene adecuadas, en los hogares, cada vez, es más popular el uso de purificadores de agua. Estos sistemas también eliminan cualquier olor y sabor, dejando al agua en su condición más natural.
Con un sistema de purificación de agua en casa como los de bebbia, te será más fácil servirte un vaso de agua directamente de la llave y que esté listo para beberse. Las características del agua serán las adecuadas e incluso, a los niños pequeños les será más agradable beberla ya que no contendrá ningún sabor desagradable. Lo mejor de beber agua purificada, es que es la más saludable y ayudará a mantener tu cuerpo en las mejores condiciones.
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