En muchas ocasiones, sobre todo en las grandes ciudades, el agua puede estar contaminada con virus y bacterias que ponen en riesgo la salud de quien la bebe. A lo largo de los años, se han utilizado diversas técnicas para desinfectar el agua y hacerla apta para el consumo humano, pero algunas de ellas involucran el uso de productos químicos, como desinfectar el agua para beber con cloro, que podrían tener efectos adversos a largo plazo. Para que no se perjudique la salud ni el ambiente es importante eliminar los virus y bacterias del agua potable de la forma más segura posible, por ejemplo, a través de la purificación.
El agua que llega a los hogares pasa por un proceso de tratamiento para eliminar las impurezas y hacerla apta para el consumo humano. Sin embargo, en algunas ocasiones, el agua puede seguir albergando microorganismos nocivos, como virus y bacterias, que pueden afectar la salud. Estos contaminantes pueden provenir de las redes hidráulicas y la falta de mantenimiento adecuado en las instalaciones de distribución o almacenamiento de agua, por ejemplo, tuberías o tinacos.
En este sentido, es importante considerar que si bien el agua potable está limpia y se recomienda su uso para higiene y limpieza del hogar, no siempre se recomienda para beber. Para ello, el agua debe purificarse de forma que se eliminen todas las impurezas, incluyendo los virus y bacterias.
En situaciones de emergencia o ante la falta de acceso a agua purificada, las personas recurren a prácticas caseras para desinfectar el agua. Entre ellas, destaca el uso de cloro como agente desinfectante. Aunque el cloro ha sido ampliamente utilizado para eliminar virus y bacterias del agua, su uso en grandes cantidades puede tener efectos negativos para la salud.
El cloro es un gas con un olor muy irritante que se utiliza en la fabricación de diversos productos y también para desinfectar el agua. De acuerdo con los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), al inicio del proceso de cloración del agua, el cloro se transforma rápidamente en otras sustancias químicas, como el ácido hipocloroso y el anión hipoclorito, que son las responsables de la desinfección del agua. La exposición a niveles bajos de cloro puede ocasionar irritación en la nariz, garganta y ojos. Sin embargo, en niveles más altos, puede provocar tos, alteraciones en la respiración y daño pulmonar.
Ingerir pequeñas cantidades de soluciones de hipoclorito (menos de una taza) puede irritar el esófago, mientras que la ingesta de soluciones concentradas de hipoclorito puede causar un daño grave en la parte superior del tracto digestivo e incluso causar enfermedades más graves. Estos efectos parecen estar relacionados con las propiedades corrosivas de la solución de hipoclorito y no con la exposición al cloro molecular.
Por otro lado, el cloro puede alterar el sabor y el olor del agua, lo que hace que su consumo sea desagradable para algunas personas. En busca de alternativas más seguras y efectivas, muchas personas se han interesado en métodos de purificación de agua sin el uso de productos químicos.
El consumo prolongado de agua tratada con productos químicos puede plantear riesgos para la salud. Los subproductos químicos resultantes de la desinfección con cloro, como los trihalometanos, han sido objeto de preocupación debido a sus posibles efectos carcinogénicos y su relación con problemas de salud.
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Ante la preocupación por los posibles efectos negativos de los productos químicos en el agua, es fundamental buscar alternativas seguras y efectivas para purificarla. En este sentido, bebbia ofrece una solución innovadora que combina tecnología de vanguardia con una alta eficiencia en la eliminación de virus, bacterias, metales pesados, sedimentos, y toxinas presentes en el agua.
Los purificadores de agua bebbia están certificados por la Cofepris, y garantizan la eliminación del 99.9% de bacterias, virus y microorganismos que puedan afectar la salud. Además, su tecnología de filtración avanzada retiene sustancias disueltas en el agua, mejorando su sabor, olor, y calidad, sin la necesidad de utilizar soluciones químicas.
Si bien el cloro y otros productos químicos han sido ampliamente utilizados con este fin, es crucial considerar los posibles riesgos a largo plazo asociados con su consumo. La alternativa de bebbia resulta segura y efectiva para purificar el agua, asegurando una fuente confiable de agua potable sin la necesidad de recurrir a productos químicos.
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